Más tareas no hechas – Luis Miguel Rivas

“– ¿Y a vos pa que te ha servido tanta puta meditadera si seguís bebiendo como un caballo?

– ¿Te imaginás cómo bebería sino meditara? – le contesté levantando la copa.” P.129

En “Más tareas no hechas”, el escritor antioqueño, Luis Miguel Rivas, hace un segundo compilado de escritos, siguiendo el hilo de “Tareas no hechas”, publicado hace casi 10 años. Los relatos de este libro están agrupados en seis grandes capítulos, cada uno dedicado a una emoción o temática distinta que intenta dar unidad a los variados relatos.

El primer capítulo, “El rebelde obediente”, contiene seis relatos sobre la relación de Rivas con las autoridades, el tiempo en que militó en una célula de un partido que buscaba la revolución y algunas reflexiones de Leonardo Tangarife Urquijo, un álter ego del autor que habla sobre temas políticos. En este capítulo se puede disfrutar el tono irónico de Rivas para reírse de esos valores “traquetos” de esa sociedad en la que creció y de la manera en que siempre, además de ser sospechoso, nunca logró ser un condenado.

En el segundo capítulo, “Lejos, en el pueblo que fue mío” se encuentran muchos escritos sobre la infancia de Rivas, su relación con el fútbol y algunas otras historias de su vida en Envigado. Historias que transportan al lector a su infancia y a quienes compartimos lazos con Envigado, a las calles e historias que cuenta su territorio.

El tercer capítulo, “Cosas de adultos”, contiene escritos y reflexiones sobre la vida de Rivas, su relación con el trabajo y algunos temas de su vida personal. Uno de los escritos más llamativos de este capítulo es “¡Usted no sabe quién voy a ser yo!” en donde describe su carrera como escritor y el reconocimiento que le hizo el grupo de teatro El Águila Descalza a él y a su madre en una función. También hay otros relatos como “Diálogo de sobras” o “Besos de Payasa” en donde se puede disfrutar de la gran capacidad del escritor y la forma en que lleva al absurdo situaciones de la vida cotidiana.

En el cuarto capítulo, “Gente infantil”, hay una inspiración tanto en el hijo del autor, como en elementos relacionados con la infancia. De este capítulo hay una profunda reflexión filosófica sobre una canción infantil y la libertad o una adaptación del cuento “Rinrin Renacuajo” presentado como historia de un crimen, con sus respectivas reacciones en la página del periódico.

El quinto capítulo, “De adentro”, lleva algunas reflexiones sobre películas como “Roma”, la soledad de los primeros días del año y el recuerdo de los chistes y bromas telefónicas cuando este aparato se “colgaba”.

Finalmente, el sexto capítulo, “Emociones mundiales” contiene tres crónicas sobre fútbol, especialmente dos dedicadas a la sociedad argentina en el mundial de 2022. Una antes de la final y otra con todo lo acontecido el día de la final y cuando la selección quedó campeona del mundo.

En resumen, “Más tareas no hechas” es un libro sobre los escritos que Luis Miguel Rivas ha publicado en diferentes periódicos y blogs que no estuvieron en su otro libro. También, a su manera, lleva un hilo conductor de una historia que comienza con rebeldía, luego se centra en su infancia, pasa por una vida de adulto en donde mal que bien terminó encontrando su lugar en el mundo, escribiendo en Argentina y dedicado a su hijo.

Un libro entretenido, con el sello de Rivas, que se caracteriza por esa mirada crítica a la sociedad, pero con una perspectiva de alguien que no quiere encajar en ella, que busca cómo seguir siendo él, pero cuando se aleja del todo, pierde su esencia. Por eso, como su relación con la meditación, la escritura es su manera de no perderse del todo, a la vez que da una luz para los demás.

Malabarista nervioso – Luis Miguel Rivas

“…no habiendo a quién ni a qué odiar, el odio se odió a sí mismo hasta fundirse en la etérea sustancia esencial de la que estaban hechas todas las cosas”. P.65

En “Malabarista nervioso”, el escritor colombiano Luis Miguel Rivas, presenta un conjunto de nueve cuentos, algunos que continúan en la “Villalinda” de “Era más grande el muerto”, otros que se desarrollan en Envigado, en el ciberespacio o en una empresa, pero todos están permeados por esa esencia de Villalinda y el diario vivir de las personas del Valle de Aburrá.

El libro comienza con “Fantasma sin énfasis”, una historia sobre un fantasma con crisis no-existencial, pues la obsesión que tuvo en vida por estudiar, lo llevó a seguir estudiando aún después de muerto. Al no poder tener paz para seguir estudiando a raíz de la llegada de una nueva inquilina a su “habitación”, el fantasma decide empezar a espantar, pero se da cuenta que la mujer no nota su presencia, ni se asusta con sus “espantos”. Desesperado, el fantasma comienza a desaparecer, intentando hacer nuevos espantos que hagan huir a la inquilina, pero cada fracaso trae consigo una nueva desaparición. Hasta que un día, la mujer en medio de su tristeza y desanimo, muere y se rumora que podría llegar a hacerle compañía al fantasma de su cuarto.

El segundo cuento, “La sonrisa de nuestra señora”, es la historia de un desempleado que en sus épocas de juventud fue anarquista y militó por un tiempo en el sindicato de la empresa de la que fue despedido. Luego de pasar casi 10 años desempleado, y al recordar algunas historias sobre la aparición de la Virgen en pizzas y empanadas, se le ocurrió la idea de crear su propia aparición de la virgen en una arepa y cobrar a las personas para que entraran a verla. Ahí comenzó el plan de Ramiro para crear su propio milagro y en el que luego estuvo involucrada la iglesia, el periódico local y los políticos de la ciudad. Un cuento lleno de contrastes y situaciones que entre la risa y la realidad, se convierte en un reflejo de la sociedad antioqueña, con unas altas probabilidades de haber ocurrido en realidad.

“San Cristóbal” es el tercer cuento, este ambientado en Villalinda, cuenta cómo Cristóbal, uno de los principales sicarios de “Don Efrem”, maravillado por el temor que sentía su patrón frente a otro narcotraficante, decidió irlo a buscar en una fiesta para que le diera trabajo. Cuando llegó a la fiesta, se encontró con una mujer que había querido mucho, pero que se casó con otro hombre. Ella tenía un niño y en medio de la fiesta, los dejó solos. Allí, el niño empezó a jugar con él a darle golpes con un palo, para sorpresa de Cristóbal, la fuerza del niño era descomunal y empezó a ser brutalmente golpeado por esta criatura de 4 años. Al volver la mamá del niño, supo que el patrón había venido un rato y se fue sin que nadie se diera cuenta, por lo que Cristóbal sintió que debía volver a su casa. En medio del camino, su cuerpo comenzó a sentirse cada vez más pesado, hasta que cayó al piso y le llegaron todos los recuerdos de su vida.

El cuarto cuento, “El muerto sigue bien” es un escrito en forma de intercambio de correos electrónicos entre viejos amigos del colegio que algún día vuelven a ser contactados por uno de ellos que vive en África. A partir del intercambio de correos, se da cuenta que a la persona a quien le escribió en primer lugar está muerta y quien le está contestando o está muerto o le está jugando una broma. Buscando desenmascarar a quien está detrás de esa broma, sigue escribiéndole a todos para conocer más detalles; de esa forma se entera que sus tres amigos vivos están enfrascados en una pelea por la empresa del muerto y que el único que verdaderamente le habla de cosas importantes el muerto. Después de un largo intercambio de correos y de conocer los chismes por boca de todos, el contacto cesó, incluso con el muerto, dejando al amigo con más dudas aún.

El quinto cuento “A mí lo que me mató fue ese salsaludo” también está ambientado en Villalinda. Cuenta la historia de Manuel, un joven que en una fiesta conoció a una mujer llamada Yeni, de la cual se enamoró. A partir de esa fiesta, se empezaron a ver, Yeni intentaba enseñarle a bailar salsa y todo iba bien, hasta que un día en la radio le mandó un “salsaludo”. Con ese salsaludo, Manuel quiso aprender más de salsa, saber de artistas, canciones, y por supuesto, aprender a bailar. Fue así que se acercó a un antiguo amigo de infancia, que aunque tenía fama de sicario, también tenía fama de ser el que más sabía de salsa; se acercó a él le pidió que lo invitara a una fiesta de salsa de las que organizaba el patrón “Don Efrem”. Al llegar a la fiesta con Yeni, esta queda maravillada con la banda en vivo y comienza a bailar, atrayendo las miradas de don Efrem, quien pronto la hace su novia oficial; comenzando así con una relación de vigilancia y exclusividad que alejan a Yeni de Manuel y sumen a este en una tristeza.

El último cuento, “La gran carrera de Jaime Luis Correa” es una apuesta llena de humor y creatividad, en donde, a manera de transmisión de una etapa de ciclismo, se narra el día de un auxiliar contable en una empresa. En una voz de ojo de pájaro que señala las acciones desde arriba, dos narradores comentan lo que hace Jaime Luis y los récords que va marcando cuando baja o sube las escaleras con rumbo a la oficina del jefe de personal. De igual manera, se da el cambio (con empresa patrocinadora y todo) al reportero que se encuentra en tierra y entrevista a los protagonistas. Esta gran carrera tiene competidores, puertos de llegada y un gran giro de los hechos que hace que Jaime Luis huya de su empresa y pase un tiempo pensando en un parque cercano sobre su futuro laboral.

En resumen, “malabarista nervioso” es un libro de cuentos de diferentes temas, permeados por el humor y la creatividad, con temas que a veces pasan del existencialismo fantasmal, pasando por la paternidad en familias separadas, hasta llegar a milagros y situaciones absurdas-fantásticas que ponen a prueba la imaginación del lector.

Mis cuentos favoritos fueron “La sonrisa de nuestra señora”, “A mí lo que me mató fue ese salsaludo” y “La gran carrera de Jaime Luis Correa”, aunque no quiere decir que los otros no me hayan gustado, pero esos tres fueron los que me cautivaron y me hicieron reír mientras los leía.

También, me parece que cada cuento, como había dicho antes en la reseña de “soy una tonta por quererte” de Camila Sosa, es una oportunidad para que el autor explore diferentes temáticas y dé rienda suelta a su creatividad, pues en cada uno hay variaciones de estilo, de narrador y de temática. Lo que sí resalto, es algo que una vez me dijeron mis papás cuando terminaron de leer “Era más grande el muerto” y es que preguntaron que qué pasaba de ahí, que habían quedado como iniciados; para mí, después de leer los cuentos del libro que tienen que ver con Villalinda y Don Efrem, queda el pensamiento de que esa historia no acaba, ni se podría terminar. Villalinda seguimos siendo todas las personas que vivimos en el Valle de Aburrá y sus historias seguirán siendo fuente de inspiración para muchos cuentos, por lo que de vez en cuando seguiremos leyendo a Don Efrem o a personas cercanas a él. Sin embargo, sigo celebrando cada que Rivas intenta algo nuevo y nos sorprende con su gran creatividad para encontrar en situaciones cotidianas, esa chispa de ingenio que convierte cualquier cosa en un cuento atractivo y narrado de la manera más sorprendente.

5 años del blog

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Hoy se cumplen 5 años desde la primera vez que subí un artículo a este blog. Aunque el blog lo había creado unos días antes, el día que decidí empezar a escribir en él fue el 29 de julio de 2015.

Como ya había dicho en la entrada 100, el blog nació en las últimas vacaciones del pregrado, mientras esperaba la graduación de la carrera. Con tanto tiempo libre, me había dedicado a leer más de lo que antes podía, y al ponerme a pensar en todo lo que estaba leyendo y en cómo a veces ni me acordaba de libros que había leído hace poco, decidí crear un blog para resumir los libros que iba leyendo, hacerles una crítica y abordar otros temas que se desprendían de ellos.

En estos 5 años he aprendido mucho, el llevar el blog me ha ayudado a tener una mejor comprensión de lectura, a ir identificando las ideas principales en lo que estoy leyendo para empezar a organizar la estructura de lo que voy a escribir en la reseña, a seguir buscando autores nuevos y antiguos, para conocer más a fondo sobre su obra y en lo posible reseñar la mayoría de sus libros.

Se han convertido en frecuentes y favoritos escritores como: Daniel Ferreria (De quien tengo reseñado todos sus libros), Fernando González (Me parece uno de los más grandes filósofos latinoamericanos de todo el tiempo) David Foster Wallace (Una mente muy brillante que le quedaron muchas cosas por decir) recientemente descubrí a David Betancourt (Un autor que va consolidando su estilo propio que hace que cada cuento sea entretenido y dé dolor de estómago de tanto reír) Luis Miguel Rivas (Otro autor que también tiene muchas cosas por delante y siempre voy a estar buscando sus nuevos lanzamientos) Paul Auster (Uno de mis autores favoritos que siempre sorprende con la estructura de sus escritos y el papel del destino en ellos) Y muchos otros más que seguiré descubriendo en el camino y seguramente se convertirán en mis favoritos.

Sobre la otra inclinación del blog, los libros de humanidades y ciencias sociales, también he aprendido mucho. Con estos me gusta a veces hacer reseñas más profundas y analíticas, pues considero que hay temas que deben ser tratados más a fondo y el ahondar en ellos me ayuda más a aprender más del tema del libro. Se han vuelto frecuentes lecturas sobre Byung-Chul Han, Martha Nussbaum, Alfredo Molano, Mauricio García Villegas, Zygmunt Bauman, Joseph Stiglitz, y en general libros que hablen sobre el conflicto y la historia de Colombia.

En cuanto a cifras, el blog ha venido creciendo de una manera sorprendente, el año pasado tuvo casi 6500 vistas; un gran logro sabiendo que en el primer año tuvo apenas 568, cifra que puede ser ahora fácilmente un solo mes. En el número de seguidores no he avanzado mucho desde el inicio, a la fecha tengo 14, que espero disfruten cada entrada y se antojen de leer los libros reseñados.

Sobre las entradas más vistas, han cambiado las cifras desde la última reseña del blog: Ahora las entradas más vistas no son de Bukowski o Héctor Abad Faciolince, son los libros de Bauman, «El cultivo de la humanidad» de Nussbaum, «Historia mínima de Colombia» de Jorge Orlando Melo, y «Patas arriba» de Eduardo Galeano.

Espero seguir muchos años más con el blog, siguiendo con las lecturas, las reseñas y ojalá con más interacción con las personas que lo leen. Sé que en algunas ocasiones ayudo a hacer tareas (He llegado a ver incluso páginas que buscan plagios en las referencias del blog), pero también sé que las reseñas pueden servir para que las personas se interesen por leer el libro y conocer de primera mano la información que se encuentra reseñada.

Gracias a todos los que me leen y se enamoran de los libros acá reseñados.

Tareas no hechas- Luis Miguel Rivas.

 

 

“Aprender a vivir en el mundo es aprender a deteriorarse espiritualmente”. P.180

Tareas no hechas es un compendio de escritos cortos de Luis Miguel Rivas. El libro está dividido por ciudades, que representan una época en la cual Rivas vivió en algunas de estas (Medellín, Bogotá y Buenos Aires), donde escribió un sinnúmero de textos relacionados con la cultura que veía, los lugares que visitaba o los acontecimientos de los cuales era testigo.

El libro comienza con un escrito dedicado a la procrastinación o a esas tareas no hechas que dan nombre al libro; este escrito cuenta la historia de un Rivas agobiado por tener que escribir un guion para un video institucional y sus grandes esfuerzos por hacer todo lo posible para no escribirlo. Luego, en medio de su postergamiento, descubre que su condición tiene nombre, se llama procrastinación y está calificada como un hábito; hábito que identifica como particular de las personas productivas y exitosas que conoce.

Además de este escrito que comienza el libro, también hay otros 38 relatos de entre 1 y 5 páginas; cada uno con su peculiaridad, con su ambiente de ciudad, con una mezcla entre recuerdos y ficción, entre crónica y narración, entre humor y crítica. Por estas 229 páginas vemos transitar natillas y buñuelos, mierda de perro, una narración sobre cómo asesinó a su madre, crónicas de migrantes africanos en Buenos Aires, historias de pelos en platos, de empanadas argentinas y envigadeñas, marchas por la legalización de la marihuana y marchas sobre la dictadura argentina. Sobre todos estos temas, Rivas tiene algo que decir, una manera creativa de decirlo y a veces algo de humor, de sátira o de imaginación para sazonarlo.

En el estilo de Rivas predomina la crónica, el contar lo que se ve, el de escribir sobre algo que la gente que pasa por la calle no se detiene a ver, pero él sí y se detiene a contarlo, a imaginar la situación. A pensar en cómo dos personas disfrazadas de buñuelo y natilla en pleno diciembre sufren los estragos del calor; en la manera en que los habitantes de Buenos Aires caminan mirando hacia el piso para evitar pisar la mierda de perro que está en todas las veredas o aceras; la historia del turista en Buenos Aires que caminó al frente de Rivas con una bolsa pegada a su zapato y nunca se dio cuenta que la llevaba allí pegada en su suela.

Quien quiera iniciar a leer la obra de Luis Miguel Rivas puede comenzar con este libro, donde los textos son cortos, amenos y atractivos, traen ese estilo atrapador y urbano que hace que leer cualquier escrito del libro sea como sentarse a hablar con un amigo y escuchar una historia de algo que le pasó antes de llegar a nuestro encuentro. Este estilo luego se perfeccionó en los relatos un poco más extensos que hacen parte de “Nos vamos a ir como estamos pasando de bueno” y en su más reciente libro, una novela, “Era más grande el muerto”.

En conclusión, “Tareas no hechas” es un libro lleno de relatos agradables, de un estilo narrativo envidiable y de unas 229 páginas llenas de genialidad, donde el lector además de atrapado, queda con las dudas sobre si lo que acabó de leer es verdadero, se lo inventó Rivas, y si se lo inventó, cómo hizo para que pareciera tan real. Dentro de los 39 textos que componen el libro, algunos de los más recomendados son:Preeminencia del buñuelo, La tarde en que maté a mamá, Un diálogo en mayúsculas, La sonrisa de Patrick, Servicio al cliente, y los 3 últimos del libro, donde aparece Leonardo Tangarife Urquijo; un filósofo-alter ego de Rivas, que busca explicar algunos fenómenos de la sociedad como la diferencia entre izquierda y derecha y qué es la bobada.

 

 

Era más grande el muerto – Luis Miguel Rivas

 

 

“El mundo es una cadena de chichipatos detrás de cuatro o cinco duros de verdad.” P.27

“Era más grande el muerto”, la primera novela de Luis Miguel Rivas, compila el universo del Rivas de los cuentos, en el que los temas relacionados con la violencia, la droga, la búsqueda del sentido de la vida, el impacto que tienen las dinámicas del narcotráfico en la sociedad y ese lado humano que se esconde en cada individuo, esté metido en ese mundo o no, que hace tener una perspectiva realista y cercana con lo que se está leyendo; toman forma y se convierten en una grata experiencia de casi 400 páginas.

El libro tiene historias entrecruzadas de 3 personajes principales: Manuel, la voz narradora del texto, quien en medio de una borrachera recordando a un amigo muerto, reconoce los tenis que tenía su amigo el día de su muerte en un joven que está en el mismo sitio donde él está tomando; luego de cruzar miradas con el joven y muchas más miradas hacia los tenis, Manuel se vuelve amigo de Yovani, quien termina confesándole que los tenis sí eran de su amigo muerto y que se los había comprado a un señor que vendía ropa de muerto. Manuel en su afán por destacar entre el combo de su barrio y también de tener ropa de marca y barata, decide comprar también ropa de muerto con un contacto que tiene su nuevo amigo Yovani. A partir de ahí empiezan las aventuras y desventuras de Manuel y Yovani en su carrera por conseguir dinero, tener una buena “mecha” para despertar la envidia de las personas del barrio y sentir que son alguien en la vida.

Efrem Jaramillo, o “Don Efrem” uno de los dos grandes capos de la ciudad de Villalinda, dueño del club Atlético Villalinda y de la hacienda La Amistad, donde vivía y hacía fiestas multitudinarias. La vida de Don Efrem cambió en el momento que conoció a Lorena Botero White, una hija de una de las familias más ricas de Villalinda, pero que vivía sola en un barrio de clase media. Se conocieron en una fiesta organizada por uno de los sicarios de Efrem, allí entablaron conversación, pero Lorena no se abrumó por la presencia de Don Efrem, mientras él sí quedó deslumbrado y obnubilado por la presencia de la mujer. A partir de ahí, Lorena se convirtió en la principal obsesión de Efrem, tanto que contrató a un profesor que le enseñara modales, a comportarse en público y a escribir poemas para poderle agradar a Lorena.

Los otros personajes son La Chinga y Hermosura, dos de los sicarios más respetados de Don Efrem. La historia de estos dos comienza cuando ven a El Gurbio, uno de los sicarios más hábiles y peligrosos de Efrem, al que habían matado hace pocos días, de nuevo caminando en el mundo de los vivos. Luego de ese momento, esa chaqueta Gucci Roja y esos Adidas rojos se les aparecen en diferentes partes de Villalinda, aumentando su paranoia y obligándolos a buscar al Gurbio en diferentes partes para confirmar su muerte.

El libro combina las historias de estos tres personajes, muestra aspectos de la época de los 80 y 90 cuando el narcotráfico y la cultura alrededor de él dictaban las normas sociales y económicas de Colombia, muestra también un lado humano de dos jóvenes expuestos a los encantos de ese mundo (Yovani y Manuel) que hacen todo lo posible por encontrar una manera de ganar dinero, de trabajar con “El Patrón”, a la vez que se muestran algunas situaciones típicas de la sociedad de ese entonces. A don Efrem le corresponde personificar al “Patrón”, el mandamás de las calles que pavimento su camino al éxito con muerte y violencia. Sin embargo, es el personaje al que todos admiran y desean ser como él. La Chinga y Hermosura son ese eslabón intermedio entre lo que quieren Yobany y Manuel y lo que es Efrem. Ellos también se convierten en una gran fuente de historias y vivencias jocosas que reflejan el mundo del narcotráfico en su cara más violenta.

En general el libro está lleno de momentos jocosos, de un humor negro que busca encontrar ese lado humano y surreal de ese mundo violento del narcotráfico. Cada experiencia de Manuel por encontrar trabajo o conseguir dinero, se convierten en algo cotidiano que le puede pasar al vecino, a un conocido o  a nosotros mismos. Las historias de La Chinga y Hermosura discurren entre diálogos llenos de humor, situaciones llevadas al extremo y una constante posibilidad de que todo termine en una gran balacera. Efrem es el reflejo de aquel joven que creció con el deseo de tener dinero y poder, y que cuando al fin lo consigue, mide su mundo en dinero o muertos.

El único problema del libro es que a veces se vuelve repetitivo, lleva un ritmo cronológico de los sucesos, pero llega un punto en que esa línea del tiempo se rompe y empieza a saltar entre hechos ya contados que son relatados nuevamente, o algunos episodios que cambian de perspectiva pero narran los mismos hechos. Igualmente está la presencia de un cuento de “Nos vamos a ir como estamos pasando de bueno”, libro anterior a este, en el que se narra la historia del encuentro entre Lorena y Efrem en la fiesta de Salsa. A pesar de esto, el libro sigue siendo uno de los mejores que he leído en el 2017 y una buena manera de describir el mundo del narcotráfico sin centrarse tanto en la muerte, la venganza y el dinero; estos elementos siempre están ahí, pero solo como ambientación de una historia amena, que atrapa fácilmente y es divertida de leer.