Viernes o los limbos del Pacífico – Michel Tournier

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“Sé ahora que cada hombre lleva consigo- y como sobre él- un frágil y complejo andamiaje de costumbres, respuestas, reflejos, mecanismos, preocupaciones, sueños e implicaciones que se ha formado y continúa transformándose por los contactos perpetuos con sus semejantes.” P. 62-63

Viernes o los limbos del pacífico, la obra que lanzó a la fama al escritor francés Michel Tournier, cuenta la historia del marinero Robinson Crusoe, único sobreviviente a un naufragio en las cercanías a las islas chilenas, que se ve enfrentado a los retos de ser el único humano que habita una isla perdida en medio de la nada.

El primer instinto de Robinson fue civilizar la isla en la que se encontraba, por lo que empezó a plantar diversos cereales que rescató de los restos del buque en el que viajaba, domesticó y encerró algunas cabras que estaban en la isla y empezó a construir diferentes edificaciones que le ayudaran a recordar la rutina y las costumbres que tenía en su pueblo natal de York.

Con el pasar del tiempo, Robinson encontró en la rutina y la productividad de la isla, la manera de mantener la cordura que le permitía permanecer  a la espera de un posible rescate. Fue así como decidió empezar a escribir leyes para aplicar en su propio territorio, instaurar costumbres como la lectura de la biblia cada mañana, las jornadas de pastoreo de las cabras, la irrigación de los cultivos y algunas otras actividades que le ayudaban a sentirse amo y señor de aquella isla perdida en el pacífico. Igualmente empezó a llevar un diario en el que escribía reflexiones sobre sus sentimientos, lo que experimentaba al sentir la soledad y el abandono, pensamientos varios que recopilaba de sus acciones en el día a día, a la par de lecturas al azar de la biblia y citas constantes de versículos.

La vida de Robinson transcurría en una estricta rutina de actividades de agricultura y pastoreo de cabras, hasta que un día divisó un grupo de indígenas que habían invadido su isla y se encontraban realizando un extraño ritual en el que una hechicera y dos acompañantes buscaban sacrificar a otro indígena de raza mestiza. Sintiéndose amenazado, Robinson buscó los rifles que había rescatado del barco naufragado y esperó escondido el desenlace del ritual. Al ver que el indígena que iba a ser sacrificado comenzó a correr en su dirección, apuntó su pistola hacia este, sin embargo, el ladrido de Tenn, el perro de la embarcación que milagrosamente sobrevivió al naufragio, su pulso se alteró y terminó disparando a uno de los perseguidores; lo que obligó a los demás a abandonar la isla y a la posible víctima del sacrificio a quedarse en la isla con Robinson. Robinson lo nombró Viernes, por el día en el que fue rescatado y, basado en sus costumbres, lo empezó a considerar como un sirviente bajo las órdenes del autoproclamado rey de la isla Speranza.

El nuevo inquilino de la isla Speranza fue rápidamente convertido en un trabajador, quien debía realizar las diferentes tareas que le ordenaba Robinson, entre las que se encontraban: pastorear a las cabras, recoger cosechas y preparar la comida para su gobernante. Con el tiempo, Viernes empezó a presentar resistencia a Robinson, y en uno de sus actos de rebeldía fue encontrado fumando a escondidas por Robinson, a lo cual Viernes reaccionó arrojando la pipa a un matorral; con tan mala suerte que esta cayó en la cueva donde estaba almacenada toda la pólvora que cargaba el barco que naufragó, lo que produjo una gran explosión que estremeció toda la isla y destruyó todas las estructuras creadas por Robinson desde su llegada.

Luego de un tiempo inconsciente, Robinson despertó y se dio cuenta que todo estaba destruido y ahora la isla estaba llena de los escombros de lo que era su civilización. A partir de ese instante, las relaciones entre Robinson y Viernes empezaron a ser de igual a igual, donde esta vez era Robinson quien aprendía de las acciones de Viernes y ambos vivían en una relación de respeto mutuo. Fue así como Robinson empezó a dormir en los árboles, se despojó de sus ropas que le recordaban su vida civilizada y adoptó la vida salvaje y descomplicada que Viernes le mostraba.

Fue así como la vida de Robinson empezó a ser cada vez menos civilizada y más cercana a vivir el día a día, aprovechar los recursos existentes y relacionarse de igual a igual con su amigo el indígena. Todo iba muy bien, hasta que un día Viernes y Robinson divisaron un barco a lo lejos que tenía como destino la isla. Encalló y recibieron a los visitantes, con quienes compartieron en su barco y cenaron; pero Robinson no se sintió a gusto en el barco y más haciéndose a la idea de volver a la civilización, cuando ya llevaba casi 30 años viviendo en la isla; por lo que decidió no ser rescatado y volver a su isla Speranza.

En la noche, Robinson volvió a la isla junto con Viernes; sin embargo, al despertarse en la madrugada, cuando el barco todavía no había partido, y se dio cuenta que Viernes se había marchado. En medio de su soledad, Robinson sintió el paso del tiempo y el peso de la isla cayó sobre su cuerpo, haciéndolo sentir viejo y cansado. En búsqueda de un sitio para dormir hasta la eternidad, encontró al grumete del barco que había huido por los malos tratos que recibía. Fue así como la vitalidad volvió al cuerpo de Robinson, ahora con un nuevo compañero de aventuras que llevaba el nombre de Jueves.

En conclusión, Viernes o los limbos del Pacífico es un libro que explora la soledad humana, las nociones de civilización y mundo salvaje, las necesidades básicas que tienen las personas por sentir que algo les pertenece, apropiarse de su entorno y sentirse dueños de algo. También hace una reflexión entre la mirada del conquistador que todo lo quiere poseer y dominar, y la mirada del “salvaje” que convive con todos los elementos del entorno y se siente como uno más de ellos. Igualmente, tiene algunas pinceladas de pensamientos filosóficos esparcidas a lo largo de las entradas en el diario de Robinson, quien, al conocer a Viernes, dejó de llevar su diario; tal vez porque la filosofía y los pensamientos atacan al hombre cuando está en soledad.

 

 

 

 

 

 

 

 

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