“La Gran Reconexión devastó la vida social de la generación Z, conectándoles con cualquier persona en el mundo y desconectándoles de las personas a su alrededor.”
En “La generación ansiosa” el psicólogo social estadounidense, Jonathan Haidt, centra su enfoque en la manera en que los teléfonos inteligentes y las pantallas han impactado fuertemente a las nuevas generaciones, especialmente la generación Z, afectando la autoestima de las niñas, creando problemas psicológicos para los niños y ahondando el sentido de no pertenencia al mundo de toda una generación que ha encontrado en una pantalla la única forma de relacionarse.
La idea central del libro es la defensa que hace Haidt sobre la importancia de pasar de una infancia basada en los teléfonos a una basada en el juego. Esta defensa se da a través de diferentes recomendaciones: limitar el uso de pantallas en la infancia entre 1 a 2 horas diarias, dependiendo de la edad; establecer en 16 años la edad mínima que debería tener una persona para crear una cuenta en redes sociales; postergar al máximo la tenencia de teléfonos inteligentes en niños, niñas y adolescentes, en caso de que haya necesidad de contactarles, se puede utilizar un reloj inteligente o un celular sin acceso a aplicaciones; estimular el juego y las tareas acordes a la edad, para desarrollar entornos donde los niños y niñas puedan relacionarse con personas de su edad.
El libro está dividido en cuatro grandes partes, cada una con sus respectivos capítulos en los que aborda los temas progresivamente; comenzando con una introducción y un enmarque del problema, especialmente del lado de los padres que no entiende cómo sus hijos e hijas pasan tanto tiempo tras las pantallas y son incapaces de relacionarse en el mundo exterior, lo que ha aumentado las tasas de depresión en niños y niñas, además de generar comportamientos retraídos donde hay poca interacción en la vida real, poco trabajo en equipo y pocas habilidades sociales.
En la segunda parte, Haidt expone, desde la psicología, las acciones y comportamientos que deberían tener los niños y niñas: jugar, conocer y explorar su entorno en condiciones tranquilas que estimulen su curiosidad. Para el autor, el gran cambio en las nuevas generaciones surgió a partir de la masificación del internet y la aparición del primer IPhone, pues fue este quien inauguró una época de teléfonos inteligentes que mantienen a las personas enganchadas a sus pantallas. Haidt propone entonces volver a infancias donde el juego, la exploración y el descubrimiento sean la base de las relaciones entre todos los niños; dice que la experiencia y no la información es esencial para el desarrollo emocional. Los juegos sin supervisión de adultos, liderados por los niños en donde estos ponen sus reglas, son la mejor manera para que los niños aprendan a lidiar con emociones, tolerar la frustración e incluso, aceptar el dolor de los golpes que se producen a través del juego.
La tercera parte se centra en “La Gran Reconexión”, en cuatro capítulos Haidt expone los grandes daños que hace una infancia dependiente del teléfono: privación social, privación de sueño, fragmentación de la atención y adicción. Cada capítulo explora estos daños, la gran adicción que genera en niños y niñas, la manera en que redes sociales como Facebook e Instagram fueron creadas para jugar con el cerebro y alimentar una necesidad de validación constante. Igualmente, dedica un capítulo especial para el daño que hacen las redes sociales a las niñas, pues despiertan comportamientos comparativos, necesidad de aceptación, bullying y adicción a los dispositivos. Por el lado de los niños, se crean patrones que impiden su desarrollo en el mundo exterior, la concepción de que “no sirven para la sociedad” y una disminución en la curiosidad por el entorno, lo que lleva a comportamientos de encerramiento como el “Hikikomori” o el encerramiento en los cuartos para llevar vidas aisladas.
Finalmente, en la última parte, Haidt se une a la oradora estadounidense, Lenore Skenazy, para proponer diferentes enfoques y maneras de luchar en contra de las infancias basadas en el teléfono. Las acciones van desde el llamado a un trabajo en conjunto como padres de familia y educadores, pasando por llamados a retomar el juego libre, sin supervisión de adultos, al igual que aumentar el tiempo de recreo en horas escolares, hasta llegar a regular las leyes que indican la edad mínima que debería tener una persona para crear una cuenta en redes sociales.
En resumen, “La generación ansiosa” es un libro que aborda la adicción de las nuevas generaciones a las pantallas, especialmente a los teléfonos inteligentes. Jonathan Haidt, en este libro que continúa donde terminó “La transformación de la mente moderna”, expone cómo se llegó a este punto y hace un llamado a volver a la libertad, el descubrimiento y a una vida basada en el juego, para así fortalecer las habilidades sociales que determinan las capacidades de una persona adulta y funcional.
Un libro necesario para estos tiempos en donde los teléfonos celulares ocupan cada vez más espacio en la vida de las personas y se convierten en una adicción que impide interactuar con el entorno. Un gran llamado para no sólo volver a infancias basadas en el juego, también debe ser un llamado para una existencia basada en la atención al entorno y no a lo que pasa en un dispositivo.