Las ciudades invisibles – Italo Calvino

 

“El infierno de los vivos no es algo por venir; hay uno, el que ya existe aquí, el infierno que habitamos todos los días, que formamos estando juntos. Hay dos maneras de no sufrirlo. La primera es fácil para muchos: aceptar el infierno y volverse parte de él hasta el punto de dejar de verlo. La segunda es arriesgada y exige atención y aprendizaje continuos: buscar y saber reconocer quién y qué, en medio del infierno, no es infierno, y hacer que dure, y dejarle espacio.” P.171

El libro “Las ciudades invisibles” de Italo Calvino está compuesto de conversaciones entre el explorador Marco Polo y su rey Kublai Khan, quienes tienen conversaciones al inicio y final de cada capítulo sobre temas que ayudan a dar fluidez al libro. De igual manera se presenta una serie de relatos sobre diferentes ciudades que va conociendo Marco Polo en sus viajes; las cuales se encarga de describir para que su rey conozca todas las ciudades que se encuentran bajo su dominio.

En la descripción de las diferentes ciudades a cargo de Marco Polo se encuentran categorías como: Las ciudades y la memoria, las ciudades y los signos, las ciudades y el deseo, las ciudades y los intercambios, y las ciudades y los ojos. Todas estas categorías representan una forma de ver la ciudad, describirla y crear una imagen para que el emperador sepa más o menos qué hay allí.

Una particularidad de las ciudades es que todas llevan el nombre de una mujer. Así mismo todas estas ciudades presentan ambientes imaginarios en los que las casas están en el aire, las personas se mudan constantemente, existen ciudades paralelas, conviven vivos y muertos; una serie de particularidades que hacen única y especial a cada ciudad, pues es responsabilidad de cada habitante darle una identidad a la ciudad en la que habita.

El hecho de que cada habitante sea el encargado de darle la identidad a su ciudad se convierte en un elemento crítico, pues es un tema que está de moda en la actualidad cuando se empieza a hablar de temas como la gentrificación (la apropiación de zonas consideradas de estrato bajo por personas de estrato económico alto), la creación de una identidad de ciudad, los premios a ciudades innovadoras y la fama general que tienen históricamente muchas ciudades del mundo: la ciudad luz, la ciudad de los canales, la ciudad que nunca duerme…

Leyendo a Calvino me vino a la cabeza esa idea, la de la creación colectiva de la identidad de las ciudades. Mirando algunas ciudades del mundo y particularmente algunas de Colombia, se puede llegar a la conclusión que la cultura y la manera en que las personas interactúan y se apropian de los espacios de su ciudad, son realmente lo que configura la identidad de éstas. Al pensar en ciudades como Nueva York, Londres, París, Venecia, y otras, se empieza a llenar el imaginario de las personas típicas que vivirían en una ciudad como esas y un estilo de vida asociado a estas personas; al igual que se excluyen estereotipos de personas que podían habitar en un lugar así, pues todas estas ciudades tienen una carga emocional, un ritmo y una manera de vivir, que hace que los viajeros se sientan extraños en ellas, pues el viajero lleva consigo la carga implícita de su ciudad de origen, y al enfrentarse con unas nuevas costumbres y usos sociales, siente la diferencia de lugares.

Si se toma como verdad el tema anterior, también se podría decir entonces que en manos de todos los habitantes de una ciudad está la oportunidad de cambiar la concepción que se tiene de ésta, tanto a nivel de sus propios habitantes, como en el exterior. Un ejemplo de este cambio de mentalidad es la ciudad de Medellín, que luego de pasar por décadas de violencia y ser considerada una de las más peligrosas del mundo, ha empezado a cambiar la mentalidad de sus habitantes, que ahora se sienten orgullosos de su ciudad y de una serie de valores y características positivas, que han llevado a que la ciudad gane premios a nivel internacional por ser un gran atractivo turístico y un foco de prosperidad.

Por otro lado y ya pasando la página sobre el tema de identidad, el libro también pone un énfasis especial en la imaginación. Se toman ciudades de base para la descripción de algunas, pero en últimas, todas las ciudades son producto de la imaginación de Calvino, quien se encargó de crear sus propias ciudades utópicas o distópicas, según el caso; Lo importante es atreverse a soñar e imaginar un nuevo mundo posible, de allí que Calvino dedique las últimas frases de su libro para dar ánimos a las personas e invitarlas a construir su propio entorno de felicidad. El párrafo que encabeza esta entrada es el que cierra el libro, y en palabras del mismo autor, uno de los más interpretados de todo el libro; pero se debe precisamente a ese mensaje que quiere transmitir luego de haber descrito una gran cantidad ciudades imaginarias y desarrollar una serie de conversaciones sobre la conquista, la diferencia entre el plano y la presencia, y otras reflexiones valiosas que Calvino hace en las conversaciones entre Khan y Marco Polo; que aparece una reflexión que se sale de este mundo y todas sus ciudades invisibles. El infierno también es una creación, muchas veces nos encargamos de vivirlo en la tierra y no en el lugar misterioso que viene después de la muerte; por ello Calvino dice que lo importante es encontrar a aquellas personas que hacen el infierno no sea infierno, y tratar de mantenerlas en nuestra vida lo más que podamos.

Por ello, tanto en micro como en macrocosmos, la idea de Italo Calvino y sus ciudades invisibles es la de mandarnos el mensaje que dice que nosotros somos los encargados de hacer nuestra vida un infierno o un paraíso, una ciudad llena de envidia, negatividad y oscuridad, o una ciudad llena de luz, armonía y positivismo; lo importante es encontrar ese tipo de personas con las que quisiéramos formar una ciudad ideal y acercarnos a ellas para seguir construyendo la mejor de las ciudades que podamos imaginar. Tal vez así, viviríamos no en un infierno, sino en un paraíso.

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La broma infinita – David Foster Wallace

 

 

“La mayoría de la gente adicta a una sustancia también es adicta a pensar, lo cual significa que mantienen una relación compulsiva y enfermiza con su propio pensamiento.”

La Broma infinita es la obra insignia de David Foster Wallace. Reconocida como una de las mejores novelas escritas en inglés; al igual que una de las obras más extensas y difíciles en el mundo de la literatura. Su trama no es fácil; pues combina la vida de una academia de tenis, Enfield y su estructura de estudiantes adolescentes y profesores estrictos; las experiencias de drogadictos y alcohólicos en rehabilitación en un lugar vecino a la academia de tenis, Ennet House; y la actuación de un grupo terrorista-separatista que busca separar a Canadá de la unión de países de Norteamérica ONAN. Todo esto permeado por páginas que tienen un solo párrafo, por 388 notas de pies de página que obligan a estar yendo constantemente a la parte trasera del libro para descubrir información adicional del texto, bien sea notas de una línea, o algunas que alcanzan las 18 páginas con otros pies de página en ellas.

Para todas las personas que han leído el libro, o al menos lo han intentado, no les es ajena la idea de considerar al libro como un enemigo: es más ancho que los libros comunes, tiene más páginas que los libros comunes, tiene un ritmo de lectura lento y difícil por la manera tan detallada con la que escribe Foster Wallace, tiene partes en las que la trama no avanza o escenarios tan inverosímiles que el lector puede empezar a cuestionarse el seguir o no con el libro. Pero el hecho de continuar leyendo, de estar a la espera luego de cada pie de página o cambio de página y luego encontrarse con reflexiones profundas sobre el amor, la adicción, la política y otros temas sobre los cuales Foster Wallace expresa su opinión en boca de personajes “ficticios”, convierten a cada una de las 1092 páginas del libro, y las casi 120 de pie de páginas, en una incertidumbre constante.

El nombre del libro se deriva de una cinta audiovisual filmada por el fundador de la academia de tenis y padre de tres de los personajes principales del libro (Orín, Mario y Hal). La cinta se dice que puede provocar estados de catatonia en aquellos que la ven, y dejar en estado vegetativo a todo aquel que sea expuesta a ella; razón por la cual el grupo terrorista-separatista “Los asesinos de las sillas de ruedas”. De igual manera, la cinta tiene conexión con la casa de rehabilitación, pues su principal protagonista, Joelle Van Dyne, es residente de ésta; y en algún momento estuvo involucrada con Orín Incandenza y luego fue la actriz predilecta de su padre, James O.

Todos los lados de la historia tienen sus respectivos grupos de protagonistas, quienes van alternando su turno en el libro para contar su historia y convertirse en el centro de atención por un capítulo en el calendario del tiempo patrocinado por la ropa interior para adultos Depend. En la Academia Einfield de Tenis (AET), se concentran los jóvenes que buscan un futuro como jugadores de tenis. Allí son sometidos a una disciplina estricta, en una academia dirigida por la madre de los Incandenza, Avril; y su hermanastro Charles Tavis. En este lugar se encuentran personajes como Mario, el hermano del medio, quien nació con graves malformaciones físicas, pero, a diferencia de los otros personajes, tiene un bagaje de sentimientos y sensibilidad que ninguno más tiene. De igual manera está Hal, el menor de los Incandenza y promesa del tenis. Alrededor de estos hermanos giran una serie de compañeros y profesores de tenis, quienes a lo largo del libro muestran algunas de sus facetas más importantes, que van desde la disciplina que busca forjar a los mejores jugadores del país, hasta la adicción a las drogas en adolescentes que no soportan la presión y la rutina de un sitio que busca crear robots que actúen mecánicamente en el juego.

El hogar de rehabilitación colindante con la academia de tenis, la Ennet House, también presenta su propio hábitat de personajes diversos y llenos de vivencias que se esparcen a lo largo del libro. Encabezados por Don Gately, un exconvicto y adicto en proceso de desintoxicación, se conoce la vida de diferentes adictos con una gran historia que contar sobre sus hombros. Allí se encuentran historias como la de Joele Van Dyne, antigua novia de Orín Incandenza, ex locutora de radio y perteneciente al club de las personas con deformidades, por lo cual lleva siempre un velo sobre su rostro. Otro personaje importante es Kate Gompert quien hace las más profundas reflexiones sobre la adicción, la depresión y las diferentes consecuencias que implica combinar estas dos. Y claro, muchos más personajes que en algún momento toman el papel protagónico en la lectura y se encargan de explorar diferentes aspectos de la vida humana y su forma de ver la vida.

Finalmente están los integrantes del grupo terrorista, que en el libro se reducen principalmente a dos: Remy Marathe y Steeply, quienes mantienen un diálogo extenso a lo largo del libro en el que cuestionan temas que van más allá de su supuesto terrorismo. Es así como se pueden leer profundas reflexiones sobre amor, traición, el sentido de la vida y otras más.

Más allá de presentar el libro, sus personajes y su trama (que de igual manera sería algo muy ambicioso); voy a hablar de las cosas que he sacado del libro. En primer lugar, se debe reconocer que no es una lectura fácil y está lleno de tramas y subtramas que vuelven aún más complejo el panorama de personajes y temas tratados. Luego, se puede rescatar de esta diversidad el papel que juegan los mismos personajes en la trama, pues cada uno tiene ese rasgo distintivo que ayuda a explorar una acción o una historia que sólo ese personaje podría realizar: asesinatos, problemas afectivos, historias sobre cómo tocaron fondo antes de ingresar a los programas de rehabilitación, adicciones, intentos de suicidio…

La broma infinita refleja un ambiente de tedio, de aburrición frente a la vida y sus concepciones, de diversas maneras de enfrentarse al vacío, a la nada y a la soledad. De la manera en que las personas llevan sus relaciones con los demás. De la manera en que las diferentes personalidades se sienten percibidas por aquellas personas cercanas. De la manera en que la adicción a cualquier Sustancia (con mayúsculas en el libro) es experimentada por un individuo como vía de escape a una realidad que no puede cambiar. De la manera en que se vive al interior de un grupo de AA o de Narcóticos Anónimos y la forma en que todo se reduce a arrodillarse y pedir ayuda a un poder superior. De la manera en que algunos elementos se convierten en obsesión para personas que prefieren centrar su atención en algo específico y así apartar la vista de otros objetos que amenazan con desestabilizar su vida.

La relación general de amor-odio frente a esta obra proviene de esa forma irónica y descomplicada en la que Foster Wallace disecciona la sociedad posmoderna, nos muestra sus problemas y además, nos hace sentir como si sólo fueran propios de un único personaje encargado de comportarse de determinada manera para que todos los lectores lo veamos como algo dentro del mundo de la literatura y de la imaginación de un escritor. En el fondo sabemos que podemos ser como Hal, como Mario, como Gately, Como Joelle, Como cualquier personaje del libro; pues cada uno representa alguna conducta que en algún momento una persona del común podría tener. La sensación que se siente al leer La broma infinita es esa que se siente esos días en los que nos miramos en el espejo y sabemos que de alguna manera, lo queramos o no, eso que está allí reflejado somos nosotros, pero vemos la imagen tan desconocida, tan horrible, que nos alejamos, y esperamos que pasen unas horas, o unos días para volvernos a mirar e intentar porque la próxima vez veamos algo que sí nos guste; aunque vamos a seguir viendo lo mismo.